21 jul 2011

Septiembre

Una vez leí que la vida se medía en septiembres. Creo que es uno de mis artículos favoritos del Millás.
Creo y por la mínima experiencia que tengo que septiembre siempre es un mes clave en nuestras vidas. Es tierra de nadie, tierra de todos. Principio y fin, y entretanto un cigarrín, que calienta motores para todo lo que te espera en los siguientes meses que no es poco.
No se le debe de tener miedo, solo el respeto de saber cogerlo con las ganas necesarias y justas, sin excesos, pero excediéndote.
Supongo que es en este mes donde las dudas más a flor de piel están, y te revuela la cabeza imaginando que no es el camino que te gustaría tomar. O peor todavía, recuerdas los meses anteriores donde parecía que todo era gratis y la responsabilidad acompañada de madrugones no tenía sitio en tu no-horario.

A estas alturas de verano, uno se tumba en el sillón, a pensar en todo y en nada a la vez. Imaginas historias que algún día te gustaría contar a ti; y después de muchos meses no te sientes protagonista de ninguna y parece que en esta playa no llega el agua hasta mis pies; de momento.
Sales a la calle hecho un campeón, la música en tu cabeza habla de ti, de tus historias, siempre pasadas porque recuerda que ahora no tienes historias para vivir, solo para recordar.
Las cicatrices se curan con el agua del mar.

Pero no nos vayamos por las ramas. ¿Qué nos depara septiembre?, ¿qué es lo que quiero y lo que no?
Supongo, y creo que sigue siendo así, uno va a empezarlo con más ilusiones que lo empezó en año pasado, sabiendo en parte a lo que le va a tocar enfrentarse. Decidido a pasar más horas que un reloj fuera de casa, a aprender y trabajar en lo que uno ha elegido. Quiero seguir pasándolo así de bien, disfrutar, reírme de ti, que tú te rías de mi; al final, reírnos de lo que somos y de lo que no somos.
Este septiembre, hilaré más fino a la hora de repartir mi tiempo; me olvidaré de falsedades y de colegas que no son colegas, que solo miran cuando interesa. Quien poco me conoce sabe que esas cosas no me van, no me hacen sentir cómodo; actuar nunca se me dió mal, pero no me apetece hacerlo, llámame perro, llámame soberbio, pero ya no; esto no.
No sé, la indiferencia suele ser mi peor arma, mi condena, mi lastre.
No quiero estar con quien no quiere estar.

Y bueno, mientras llegar ese día tengo un mes para descansar, para hacer lo que me gusta y que durante el resto del año no puedo hacer por falta de tiempo, para estar solo en casa sin oír a nadie que me diga lo que tengo que hacer, lo que tengo que pensar; tengo un mes, para mentalizarme de todo lo que viene ahora, quiero hacer las cosas bien.
Tengo 20, supongo que una edad más que suficiente como para exigirme eso que nunca he hecho.
Septiembre me espera. A mi, y a otras muchas personas nuevas que se cruzarán por mi camino. ¿Quién sabe si serás tú el/la que tendrá la suerte o desgracia de conocerme y compartir tu tiempo conmigo?
Espero no defraudar.

1 comentario:

Anónimo dijo...

si...entretanto un cigarrín! jajajajaja esoo siempree