22 oct 2011

Normalidad

Cuando todo va bien y la normalidad se hace dueña de tu tiempo. No hay nada ni nadie que te quite la sonrisa de la boca, la carcajada fácil de los labios, la sinceridad y la indiferencia en la palabras.
Muchas veces nos quejamos cuando no pasa "nada". Pero también lo hacemos cuando pasa.
El tiempo ha demostrado que muchas veces aunque no pase nada extraordinario, esa cierta estabilidad te proporciona la tranquilidad que quizás necesitas para poner a cero el contador de tu vida, cerrar otra de las tantas etapas, abrir, por qué no, otras nuevas con la esperanza de que esa sonrisa por nada pueda ser por algo más que lo normal, que se pueda regalar.

No quiero grandes vidas. Quiero una; una única vida, que no haya otra capaz de mejorar esta. La vida es demasiado buena como para vivirla dos veces; una segunda vez ya no sería lo mismo, perdería esa magia, ese placer del momento, esa capacidad de sorpresa, de cosquillas en la tripa...
Podría ser mejor, sí. Pero para bien o para mal, he llegado a este punto. Un punto con aciertos y más errores, pero que me han llevado a este momentos, a este instante...y como dice la canción, no se está tan mal.

Te acuerdas, y más de lo que deberías de las personas que han hecho posible que llegue hasta aquí, que han conseguido que yo sea como soy, que me han forjado, que me están haciendo un hombrecillo, un proyecto de persona, que poco a poco va cogiendo ese color que hasta hace unos meses solo se pintaba en blanco y negro.
Uno se ha dado cuenta de que no hay nada más importante en este mundo que uno mismo, y que solo así somos capaces de dar lo mejor de nosotros a las personas que queremos. Esto es un arma de doble filo, ya que te puedes ver envuelto en un bucle hacia tu persona repleto de egoísmo e idolatría; nada más allá de la realidad.

Pero sí. Va todo bien. Hace poco me dijeron que si un día me levantaba y pensaba que lo que iba a hacer era menos interesante que quedarse en la cama durmiendo, que era mejor seguir soñando en la cama. Sorprendentemente, solo me he quedado un par de días desde que comenzó septiembre y la verdad, tampoco me va tan mal.

Quizás en la siguiente entrada vuelva a mis andadas hablando de lo puta que es la vida, pero hoy, a estas horas de la noche, hago un canto a ella, a las cosas normales, a aquellas cosas que no son extraordinarias pero que sin embargo son capaces de darte una felicidad tan fuera de lo normal, incomparable a cualquier momento de éxtasis.
Muchos dicen que la felicidad está en la normalidad, en la rutina. No estoy de acuerdo.

1 comentario:

Cris dijo...

Que puedo decirte que no sepas...sigue escribiendo :) Besootes