6 ene 2012

Efímero

Se dejaron escapar las miradas,
el mar se llevó el lodo
y ya se borraron las pisadas.
Fotos en blanco y negro,
todo son recuerdos.

Uno supo volar,
el otro se enganchó
el ala al despegar.
Nos damos la espalda
y se giran nuestras cabezas,
no encontrando nada.

El salitre, las sandalias,
los huecos húmedos, los escondrijos.
Son la duda del qué,
del poder, del qué podría ser.

Se arrugan los papeles viejos,
las hojas del calendario
queman mis yemas.
Las canciones suenan,
y tras ellas, historias.

Se pintan nuevas palabras.
Soy aquel niño que creía
que todo era eterno,
que nada podría cambiarnos.

Y ahora,
nos queda ese bonito disfraz,
esos bailes a oscuras,
esos duendes que suben por mi cintura.

Gira mi cuerpo,
me separo unos centímetros del suelo,
pero con la inseguridad de estar seguro,
de no sentirme como un verdugo
de mi propio asesinato.

Soy el cuentacuentos de la vida,
el fantoche que duerme de día,
el ilusionista, el pirata borracho de ron.
Y tú...quién eres tú querida compañera,
que robas mi tiempo de la cartera.

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