1 feb 2012

Días raros

91 veces sí, y un solo no. Estropeo los papeles amontonados en mi almohada. La solución parece el pecar con la mirada, es dar un paseo sin calzado, esperando que un cigarro se consuma entre mis dedos.
Las chaquetas nunca fueron buenas compañeras y los cuentos solo enseñan lecciones que nunca podrás aplicar.
Plantas corduras y te salen descosidos. Calculas mal, únicamente te has dejado llevar; se oye la presión de la masa.

Celebremos el día de hoy, como el día más inhóspito, donde prima la comodidad y la espera de las horas. Cortase el pelo puede ser una buena aventura, algo que contar a tus hijos; momentos que te hacen saltar de la cama y te anima a renunciar cantar aquello de "hoy puede ser un gran día".

Pero a las buenas costumbres, ya lo dice el flaco, nunca me he acostumbrado. El olor del quererlo todo, y quererlo ya; del no dudar al no pensar, y del... perdámonos la noche en cualquier lugar, que nos encuentre el mañana al despertar. Las sábanas parecen no molestar cuando al final, es lo único que cubre los sueños de este cuerpecito mío.

Dame solo unos metros de distancia, que prometo que si me lavo la cara esto se me pasa. Que esto también ocurre en las mejores familias, y en las peores mentiras.
Para esta canción. Dice cosas demasiado sensatas como para llegar al final de los versos.
Enciende las penas a la luz de esta hoguera, que el tiempo y mi regazo haremos que nos olvidemos, hipnotizados por este fuego que nos da la vida, nuestra vida.

Pienso sin pensar que existo; existo para pensar que todo tiene un sentido, un porqué, una manera de ser. Un ataque a la razón sin coherencia; una pérdida de ellos, unas fotos en la pared, un simple corcel. Sangre en la nevera inyectada en forma de droga para este vagabundo entre cartones, que muestra sus dientes amarillos y destrozados dejando una sonrisa al primero que pasa y le encuentra con el rabillo del ojo.

Insensatos que se topan en el sofá, dejándose atrapar, mentiras para no naufragar en esta puta mentira, en esta falsa desapariencia. Rastrojos de un futuro sin pintura ni cincel, sin remedios para querer terminar, sin excusas para querer dejar que el despertador suene unos segundos más, y que por fin, te tumbes conmigo y dejemos pasar la vida hasta las 10.

1 comentario:

''Lyz'' dijo...

''Pero a las buenas costumbres, ya lo dice el flaco, nunca me he acostumbrado. El olor del quererlo todo, y quererlo ya; del no dudar al no pensar, y del... perdámonos la noche en cualquier lugar, que nos encuentre el mañana al despertar''