1 feb 2012

La noria

El frío no impide caminar.
Arrugas en la cara,
sonrisa tras carcajada;
veleta por definición,
experto en el arte de no arriesgar.

Duchas de agua helada,
sueños que envuelven mi cabeza,
que conecta con mis pies a la tierra.

Grito en la noche,
esperando que el eco alguien lo sacie,
que no hay nunca ni nadie.

Canciones que atormentan
a los peces de ciudad,
a los veranos que tardan en llegar.

Se te deshacen los labios,
imaginarte dando saltos,
torpes e inertes; sin rumbo.
Esquinas que no se doblan,
manos entre las manos.

Vasos de alcohol gastados,
con ganas de conseguir
mantener esta sonrisa,
esta mentira a medias.

Formas parte de sus vidas,
compromisos; estar a su lado.
Seguiré mojando zaguanes,
cagándome en los pantalones,
rompiendo las sillas,
haciéndote mujer niña.

Pinceladas de un abrazo,
de un "aquí no me bajo",
que siga girando esta noria;
por los días que vendrán
y las horas que vuelan.

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