24 mar 2015

Página en blanco

Hay una página en blanco que emborrona el presente. Es un banco recién pintado, un blanco roto, unos labios que han trasnochado, una duda y un pecado, las bolsas vacías al volver del mercado.
Es un sueño, una ironía, un nosequé y un nosecuantos. La sombra de un gigante que te convierte en enano, estos versos que me han quedado un poco trasnochados.
Es el principio y sin embargo continuación de una mentira, de una farsa llamada vida, ese atraco a la ironía con estupidez y alevosía.

Puerta cerrada que alberga la pereza, pesimismo como estribillo, dime y castigo, esperpentos en forma de rutina agotada de perseguir quimeras, dulce suflé de carmín con avena. 
Es el contexto y la situación, confesiones al despertador, abrazos rotos, cristales que no dejan ver mis penas: melancolía en vena.
Camino con ojos vendados, torpes pasos de estas piernas maltrechas, de este conmigo y este sinmigo, las penas que se cuentan con un café en frías tardes de domingo.

Y es que en esta página no estás tú, ni tú, ni tú, ni tú... Faltan palabras y sobran complejos, los techos que se caen en cada paso, un frío beso en la mejilla, una despedida de esas que no sabrán como aquel día. 
Anotadas quedan esas pequeñas faltas, lo que tiene que llegar, aquello que nunca los reyes me traerán. No hay tachones en este guion improvisado, en este vals maltratado, voy perdiendo de vista a mi destino y bajando con disimulo y por sorpresa... ay! Tocaeta de culo!

Firmada queda la obra de tu vida, las esquinas dobladas de este libro que nos recuerda dónde estamos. Mentiras habrán más que verdades, silencios más que palabras y más miradas a otro lado que planes imaginados. Y de tanto en tanto, vamos respirando, haciendo camas de naipes donde corazones y bastos combinen con esta camisa a cuadros.
Saco la basura casi todos los días, duermo panza arriba y ya casi no me escupo cuando la prisa se atrinchera en la taza del café.

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