11 nov 2011

Volver

Despacito, sin prisa, tocando cada instante con la punta de los dedos, el tiempo se deshace entre nuestras manos como cuando estrujas un puñado de arena; al fina solo quedan los restos, las partículas que han logrado coger mejor sitio.

No sabemos dónde podemos llegar, ni siquiera en muchas ocasiones, dónde nos encontramos. No me canso de repetir que cualquier persona que sepa estar del modo correcto en cada lugar en concreto, tiene media vida solucionada. Yo nunca supe. Pero quizás por eso, no paro de decirme aquellas cosas que serían buenas para mí pero que, sin embargo, por falta de costumbre, por amor a la incorrección, por la falta de ganas...nunca me encargo de hacer.

Pero sabes, todas las incorrecciones a lo largo de nuestras vidas son las que nos han llevado a cada uno al lugar donde estamos.
Muchas veces nos pasamos muchas horas pensando en cosas del pasado y del futuro, olvidándonos de lo más importante que tenemos; el ahora. Dice la canción que no hay más futuro que el instante.

Mientras tanto, las paredes se caen dejan desnudas nuestras miradas.
A unos centímetros los huesos, los labios pegados, desnudos ambos, tumbados, esperando que caiga un meteorito, alguna estrella fugaz, que destruya este momento.
Parecía que no teníamos más que nuestros brazos, el bordillo de una escalera no era lo más cómodo, pero tenerte sentada entre mis piernas, con los brazos entrelazados, el olor de tu pelo, la droga más dura de aquel momento.
Es todo perfecto, la suficiente luz indirecta como para ver la silueta de nuestros cuerpos; mientras nuestras mentes hacen el amor.
Momentos mágicos, pero quizás, el más simple, o no, según se mire, es el que más cala.
Ahora, vuelves donde empezó todo, donde he tenido que pasar muchos días sacando una sonrisa a cada rincón que escondía un recuerdo, e imaginando que podía decirte aquello de "¿te acuerdas de...?'". Pero mi voz se apagaba al ver que ya no estabas, que ya no quedaba nada; solo el recuerdo de que cualquier tiempo pasado siempre fue mejor.

Ahora, cada mañana, me asomo a la ventana, esperando encontrar más que un frío de cojones; esperando ver que alguien me espera abajo con ganas de verme; esperando que sorprenda con algo nuevo, que le agarre por la mano y le de una vuelta como una muñeca de una caja música y que al compás acompañe el susurro de "eres preciosa, pero es que hoy, me encantas".

Nada es eterno, nada es por nunca, nunca es nada...Pero siempre hay algo que es para siempre, que todo es para siempre, y que siempre es todo.

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