12 ene 2016

Se lo preguntaré

Se lo preguntaré. Juro que lo haré. Dejaré la vergüenza, los caprichos y los malos gestos de lado. Entregaré todo lo bueno, maldeciré todo lo malo. Será como polvo en el aire, la sal seca en los huesos; lo que queda después de un abrazo con sabor a despedida.
Se lo preguntaré. De verdad, que si todo va bien lo haré. Entre las idas y venidas, van llegando roto tras roto, ahogando mis pupilas, haciendo descosidos en mis oídos al compás de la pena que húmeda queda al pasar por la arena. Sobran los lazos, se rompen los billetes con destino al futuro.
Se lo preguntaré. Si la tristeza no secunda esta madrugada, lo haré. Mientras, la luna refleja una teñida soledad, de esas de traje y corbata, de esas de mírame en silencio y únicamente no hagas nada. Apago otro cigarrillo, será que esta canción me recuerda demasiado, será otra foto que se parece a un recuerdo en blanco y negro.
Se lo preguntaré. No está claro que vaya a pasar, puede que incluso no saque fuerzas para acercarme. Es volver sabiendo que nunca quisiste aprender la lección, oídos sordos a un corazón roto, pequeñas historias tras el alma, noches que desgarran hasta el último ápice de sensatez.
Se lo preguntaré. Aunque todos sabemos que no va a pasar. Será por falta de verdad, porque el carmín sigue manchando mi almohada al despertar por la mañana. Que este traje de perdedor me queda demasiado bien, sastre de sentimientos podridos, descosidos de la piel, teñidos y empañados de memoria a corto plazo.
Y antes de terminar estas líneas ya sabia yo el final. Sabía pese a jurar que nunca lo preguntaría.
El mar tendrá que esperar, me aliviará eso sí. Quizás otra noche a la intemperie, quizás otro sueño que se pierde, otro perro sin su dueño, otra ola que se lleva todo lo que yo venía a buscar.
Me dejo los días intentando enterrar en cualquier playa mi paciencia. Algún que otro sueño que la marea se lleva, incluso alguna caída tonta. Un hoyo, una sirena varada y pétrea de salitre. Siéntate y espera; este café se ha quedado frío y es descafeinado.
Recemos para que llegue el frío y atraviese bien los huesos buscando un poco de calor en las calles de esta ciudad, que tantas cosas supo contar.

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