28 ago 2014

Él y ella

Ella era la sombra de sus ojos; él un perdedor con complejos.
Ella se vestía deprisa; él le preparaba la comida.
Ella soñaba con príncipes desteñidos; él solo quería quererla.
Ella se sonreía pervertida; él admitía su antipatía.
Ella se perdía por las noches; él se tomaba el mundo por montera.
Ella disfrutaba de las pelis de acción, él se emocionaba con Pocoyó.
Ella camina altiva; él dudaba de sus pasos.
Ella coqueta desprevenida; él deshonesto por completo.
Ella camina sobre ruedas; él deja que la vida sea quien le lleva.
Ella es quien esperas, quien sueñas; él uno más fiesta.
Ella lleva pantalones rotos; él lo que lleva roto es lo otro.
Ella odiaba las baladas; él siempre escuchaba Amaral.
Ella vive en él; él hace tiempo que se fue de ella.
Ella le busca; él quiere encontrarla.
Ella le borra de su lista de llamadas; él todavía tiene grabado su número.
Ella ya no le recuerda; él no puede olvidar.
Ella pasó la página; él se pregunta de qué va la historia.


12 ago 2014

Al sur

Fuente: www.ojosparalapaz.com
Seguramente, ninguno de los que lean esto se haya visto en una situación medianamente similar de desesperación como las que día tras día se están dando en la frontera con Melilla. Y es que parece que nuestros vecinos del sur, a falta de noticias interesantes generadas por los que mandan -están de vacaciones-, se han convertido por segundo año consecutivo como la alternativa a Sálvame y el culebrón de Chabelita y Alberto Isla.

Es fácil hablar de estos temas cuando sabes que están teñidos por una carencia de derechos humanos y que estamos jugando con vidas, personas e historias. Desde la UE nos dicen que cerremos las puertas y que nos apañemos con nuestro marrón. Para pagar nuestra deuda sí que tiene que ver nuestro sentimiento europeísta; pero para estas cositas donde convendría mojarse un poco y actuar, cada uno que barra su casa.
Claro está que no puedes abrir de lunes a domingo casi las 24 horas, al igual que los grandes almacenes -como si el que quisiera comprar, no lo hubiera podido hacer durante los otros seis días-; pero de ahí a la devoluciones ilegales, llamadas 'en caliente', va un trecho (o un estrecho).

Eso sí, nuestro Gobierno de vacaciones, manténganse el país como pueda, que ya si eso a la vuelta miramos los bajos africanos e intentamos hacer algo con la cantidad de dramas que día tras día tienen lugar en nuestras fronteras. No te puedes pasar la vida mirando hacia otro lado y no poner solución a este problema. Más que nada porque si supieras lo que tienes entre las piernas, muchos de los que dirigen Europa, no te los estarían tocando.

Sin embargo, da igual; si total, antes pensábamos que Ébola era un tocapelotas de LaSexta. Ahora, de repente todo el mundo se echa las manos a la cabeza -después de pasar por los bajos- con este virus letal que no para de cargarse gente en el continente africano. Miremos un poco más allá, compañeros.

7 ago 2014

Estoy triste

Hoy estoy triste. Sí, para qué vamos a negarlo e irnos con rodeos. Oye, que no pasa nada eh; que al final esto es un estado pasajero. Es como el que tiene frío o el que tiene calor. Quizás, en esto de estar triste no sea tan fácil como taparse con una manta o quitarse la camiseta. Pero vamos, que tampoco vayamos a hacer de esto un drama, ni mucho menos.

Casi es como una necesidad fisiológica, como una menstruación emocional que hombres y mujeres deberíamos pasar por lo menos dos veces al mes. Estar triste no creo que sea algo negativo ni tampoco creo que sea una sensación de que algo nos falta. Es más bien un estado de alerta, una revisión de complejos internos y de conocimiento de uno mismo.

Seguramente, tú lector, alguna vez te habrás sentido triste. No creo que sea algo con lo que decidas levantarte, es más bien aquello que se te impone en tu día y que te acompaña a lo largo del mismo. Y es que tampoco hay que darle mayor importancia, porque seguramente mañana cuando te levantes, ni te acordarás de esa nube negra que en el día de ayer te nubló los pensamientos.

Seamos sinceros, muchas veces razones nos faltan para estar tristes; pero claro, pasarse la vida entera con la sensación de que todo es una mierda, pues que digamos, tampoco es plan. El ser humano ha desarrollado la capacidad de olvidarse en gran parte de las cosas malas y así quedarse con aquellas que no lo son tanto. Considero que también se trata de un mecanismo de supervivencia, ya que si nos parásemos a analizar la mierda que nos rodea, ahora sí, la tristeza embadurnaría todos y cada uno de nuestros días.

En ocasiones, lo mejor que podemos hacer es imaginar que nuestra vida es como una película y que con un simple fundido a negro pasaremos a otra secuencia. No sabemos si mejor o peor, pero vamos, que ya con ser distinta nos podemos dar con un canto en los dientes. Quédate con el concepto "fundido a negro y a seguir".

Es cierto también que en esta sociedad en la que por un lado tendemos a frivolizar el sufrimiento y por otro a acentuar nuestro males, creando una exageración de ellos bastante considerable, ya no sabes muy bien cuál debe ser la vara de medir la tristeza y qué es muy triste o poco triste.

En definitiva, que un día tonto -triste- lo puede tener cualquiera. Que ya ves tú, que la cosa no está como para ir quejándose. Es bueno pensar que como siempre puede haber alguien mucho más gilipollas que tú, también habrá alguien mucho más jodido que tú. Es triste -valga la redundancia-, pero es así.
De modo que mañana será otro día, "fundido a negro" y buenas noches.