20 mar 2013

Beso robado

Se me apaga la voz. Los complejos me renacen.
Ahora o nunca para siempre nos quedarán estas viejas historias para contar.
Es precioso el amanecer desde esta esquina, se resienten nuestras almas que un día se vieron pasar.
Y no fui el mejor, tampoco lo pretendía.
Fueron 21 noches y sin reproches a la mente, sin cuestionarse el presente se montó el mendrugo y se marchó.

Era de esperar la caducidad, las pestañas chinas, los abrazos rotos que rozaban comisuras queriendo llegar a más.
Me disgustan las madrugadas que paso durmiendo pensando en el mañana. Sorprende todavía la vida cuando te encula, dejándote impávido y desarmado ante un beso robado.

3 mar 2013

La diferencia

Fui el guerrero que creyó ganar la guerra, la daga escondida en un bolsillo de mi pantalón, la coraza que me protege de todo aquello que no soy yo.

"Supera esto, no serás capaz", susurras mientras yo estoy cogiendo carrerilla y saltando hacia atrás con tal de llegar a tiempo a mi cita con el calendario.
Que él nunca miente. Que te pone contra la pared, que te asfixia la sien hasta hacerte recordar que no has llegado; que te quedan muchas sombras que iluminar, muchos charcos que pisar y cientos y cientos de rabos de lagartija que cortar, que en forma de complejos e inseguridades te impide dar un paso con la firme sensación de que es lo correcto.

Muchos han caído. Muchos se fueron por la puerta de atrás. Orgullo quizás, que en forma de sombras chinas dibuja mi realidad.
Va todo tan deprisa que muchas veces no nos paramos un segundo para disfrutar del paisaje. No se disfruta de quien por debajo de la mesa te coge la mano, quien levanta tu mirada del suelo y con una gran habilidad coge los hilos de mi marioneta interna y me dibuja una sonrisa.

Ser un melodramático, un cabezón por definición, la sombra de mi Peter Pan que se resiente cada mañana.
En un año he crecido más que en mucho tiempo. He agriado este carácter maltrecho por los palos, por las miradas hacia otro lado y la obviedad de no existencia.
Se me enfría el arroz cada vez que miro fotos. El doctor me recomienda que me aleje, pero el corazón no olvida y la memoria es frágil.

No sé a dónde voy. Qué puedo dar yo, qué necesito que me den... Dónde estaré el día de mañana. Quizás no sea la edad, sino darse cuenta que esto es de verdad. Vivir en este mundo, puto desafío.

Sin embargo, parece que aunque sea por simpático, le planto cara a los hijos de puta que se creen la élite de esta mierda inventada. Lo que no esperan y les sorprende, es que me la suda, que me cago en todo lo que puedan vomitar por esa sucia boca llena de mierda de tanto lamer anos.
Esa es la diferencia.