29 may 2012

Rotuladores

Son los remedios, el terciopelo de mis venas, aquellas viejas historias, el eco de palabras sin aliento que predecían el principio de una vida ahogado en un lamento, en una ganas de llegar a algún sitio.
Pero quizás sea el tiempo, las ganas levantadas a fuerza de caricias, de agarrarme todo el brazo y susurrarme "tú puedes".

Las personas, las buenas palabras que disfrazadas de algo dulce, se clavan lentamente en mi costado, sangrando esa glucosa, derramando cualquier atisbo de lo que pueda quedar.
Son oportunidades, momentos, saber estar. Y a mi que me gusta salir a matar, buscar la estrategia, dejándome llevar hasta que pueda encontrar, sentido o no, al paso que todavía no voy a dar.

Las ganas faltan y sobran, los motivos me evidencian. Según la hora del día me derrumbo o me agarro a ti como un niño pequeño, esperando tu comprensión y que me asegures que todo va bien.
¿Y si nos marchamos? No queda nada. Aquí poco podemos hacer ya. Nuestro futuro está dentro de una caja de rotuladores destinados a pintarnos la cara el uno al otro, como si de un espejo se tratara, intentando dibujar aquello que queremos llegar a ser.

Y siempre son las mismas historias, siempre las mismas comedias donde se descojonan los mismos. Me gustaría ser yo quien esta vez riera, sin encontrar sentido a la carcajada y que resonara tan fuerte que la gente no encontrara sentido ni explicación a esta felicidad tan real.
Se puede tocar. Se dibujan alfombras a tu paso, las nubes te elevan lentamente hasta el cielo. Es el momento, y posiblemente el lugar correcto, algo sincero y poco hetereo. Te ves seguro; ya no eres el loco funambulista que hacía equilibrios sin red: ahora no puedes caer.

Y si la situación no te gusta, tuerces el morro sin querer: un cable en tu cerebro se torció.
Pero es que no hay nada mejor que ser un cascarrabias, quejarse por nada y plantar mil batallas al presente, poniéndolo en duda. Y en concierto, esta noche tocan los de siempre; aunque con la colaboración inestimable.

26 may 2012

Terceros

Ellos lo son, ellos nos compran, nos aprueban, nos riñen, nos escupen a la cara, nos dicen la verdad - que es su mentira-, nos fruncen el ceño esperando una respuesta, algo que convencer a sus estúpidas mentes. Nos coartan, nos censuran, nos limitan en cuerpo y razón. Esperamos alguna señal que acceda a contar las historias.

Cuántos cuentos se quedaron en el tintero, cuántas mentiras que ahora son verdad dejaron de vivir por la razón de que uno torció el morro en desaprobación.
Nos dejamos la piel queriendo ser, y fuimos y somos. Pero me taladra la cabeza, me carcome los días que cualquiera pueda tocarlo, que opine demasiado en voz alta desviando miradas.

22 may 2012

Rompiendo las mañanas

Sopla un viento,
un "esto lo dejo para luego",
un "prefiero lo que tengo ante mis ojos".
Derroche de glucosa
que al marchar
deja el café amargo.
Nos observamos con las manos,
nos buscamos,
intentamos encontrar en el otro
solo un ápice de cordura.

Las sombras que hace el andar:
las reglas están para asaltar
con los brazos tu cintura;
para perder el tiempo
y buscar en tu cuello
los restos de un naufragio universal.
La tabla salva vidas,
las garras de un periquito
que se alimenta muy despacio
de los huecos de tu espalda.

Será la hora,
lo que viene después del mañana,
la inseguridad asegurada.
O puede que sea la luna,
que sale de paseo,
buscando hacerse hueco,
siendo cómplice de los bancos recién pintados,
de los borrachos que en cada día
beben de esa botella;
que no se han dado cuenta,
pero todavía está por descorchar.

14 may 2012

Tiempos

Ya no serán estas cuatro paredes, los aranceles en forma de pesadas cadenas atadas, los torpes andares que van dejando un rastro.

Dicen que hacerse mayor es darse cuanta de que el tiempo ha pasado demasiado rápido. Y fue ayer cuando empezaba a proyectar esta vida, a cambiarla de rumbo, a intentar dejar de ser uno más para ser yo. No es ninguna novedad decir que asignar un nuevo destino a tu tiempo es difícil; es apostar por ti cuando nadie ni siquiera tú lo hacías. Pero ves cuanto tienes, ves las cosas que se han ido en ese cambio, las personas... y las palabras se entrecortan al dudar de si ha compensado todo eso.

Has perdido gente, se marchó un estilo de tranquilidad y parsimonia en tu vida, un futuro que parecía asegurado. Todo se preparaba para que fuera tranquilamente tranquila. Serán las ganas de joder, las repentinas fuerzas de llevar la contraria; no lo sé, pero no era suficiente. Quería aventuras, hacer de esto una montaña rusa, con subidas, con las más jodidas caídas; ahí donde la emoción siempre estuviera presente.

He caído y también lo han hecho conmigo muchos otros. Parece como inevitable prescindir, dejar escapar para seguir. Es jodido ver cómo te impiden crecer y tener que mostrar la puerta. Todos fallamos y la cagamos, pero parece más imperdonable cuando es en dirección hacia uno mismo. Pero, ¿saben qué pasa? Que al final, siempre están los mismos. Las mismas personas que hace unos cuantos años decidieron estar a mi lado, conociéndome mejor que yo, no juzgando mis cagadas y ayudándome a encontrar lo mejor en mi vida.

Y parece que las historias siempre se están repitiendo, siempre es el mismo cuento, que "unos entran y otros van saliendo" y como sigue la canción "y entre el barullo yo me cuelo dentro". Me meto en esta fiesta, me dejo llevar por los desorientados instintos que no saben cómo han llegado hasta aquí, que... "no se está tan mal...".
Cumples 21 y eres consciente de tu inconsciencia, de que te queda todo por aprender, que ahora mismo no puedes llegar a nada, que formarse es lo más importante y necesario que puedes hacer si quieres lograr algo medianamente interesante en estos tiempos tan difíciles. Pero esa resignación se convierte en motivación, en ganas, en trabajo. Perfeccionista de lo que me interesa, interesado de lo que me gusta y el gusto... el gusto siempre es mio.

Ves como proyectos de hace tres años llegan a su fin. Eres el primer sorprendido de que te salten las lágrimas en las despedidas; como si fuera la primera. Unos dirán que son etapas, otros renegarán de eso. Lo que sé es que seguiré mojando zaguanes recordando todo esto, que algo habremos hecho bien cuando deciden que sigas forma parte de sus vidas...y de qué manera.

Y el calendario dirá. De momento lo que indica es "vivir". No hay pretensiones más allá del mañana. Es necesaria la escucha, las historias y la ganas.
Comparte el tiempo conmigo y no pienses que ayer hiciste lo de mañana.

10 may 2012

Dónde nos llevó la imaginación

Cuando sobran las ganas, cuando se sientan en la sala de espera las inquietudes, las ganas de crecer, de hacerte mayor. Cuando las esquinas se doblan a nuestro paso, se resignan las primaveras al encuentro que en forma de crucigrama le sorprende la letra correcta.

Explota en nuestras vidas, se deja recorrer por nuestros segundos, esconde tus caderas ese son flamenco. Ya no quedan "nopuedo", pide un trago más y vayamos allá donde se junta el mar con el cielo, donde la vista no llega, donde solo puedes caminar con los pies descalzos.

Serán las persianas por abrir, las sonrisas sincronizadas, los borrachos que a altas horas de la madrugada buscan un beso en cualquier esquina. O quizás sean las puertas, que de tanto llamar a tientas, de tanto tentar el equilibrio, se volvió imposible.

El ego de acercarse, de agarrar con la mirada, de rozar la voz de tus palabras, de romperme en pedacitos cada vez que el plomo de los pasos descompasados deja huellas delante de este camino. El calendario pondrá el desorden y el tiempo el orden de nuestras vidas; que los ojos cuando se ven de cerca hacen temblar nuestras pupilas.

8 may 2012

Moco

Drogas entre los dedos, sueros en forma de reloj, sonrisa de Rock&Roll. Suerte con la boca pequeña que cruza estos charcos; la inmensidad al alcance de nuestros sentidos. Respiro el aire de tus pestañas, suspiro tu aliento. Serpientes que recorren tu cuerpo hasta hacerte enloquecer, hasta ver a la noche ponerse hasta las trancas de luces de colores que encierran lo escondes.

 Y en discordia se merece una canción, quizás un bolero sin opción a reproches. Entona el himno del "aquínopasanada", del testigo acusado por delito a la razón. Levantemos la mano pidiendo solo un atisbo de eso que nos retuerce. Ingenioso como el grillo de mi conciencia y espantoso como el gangoso que les habla, como el poeta de carretera que cada tarde se amotina en las pupilas de las vertientes de nuestros huesos.

Quién invento esto... quién dejó de lado la arrogancia y el despecho. Caducan las fotos de la pared, las sonrisas sinceras, los cafés frente al mar, el mirar la hora sin tener idea de marchar.
Son los placeres domésticos, todo lo que no seré, aquello que algún día inventaremos. Ese niño pequeño, esos restos de alguien que no era, la raiz de los hierbajos sin talar.
Las excusas de ahora, las palabras calladas de ayer, los engaños del futuro. Razones de la sinrazón, del cegarme, de atascarme siempre en el do de mi sol.

El recreo se acaba, ya no hay nadie que espere al llegar a casa; la comida se mira y el beber ahoga esta garganta como desfiladero que agoniza en cada instante, en cada rutina.
Dame un papel y te escribo las palabras sordas que mi afonía impide expresar. Dame un cielo y te pinto el sol. Dame una vida y escribamos nuestros días, nuestros fracasos y victorias, nuestras ofensas y dudas, nuestros contigo y sin ti.

Somos líneas, sucesión de los puntos de nuestas vidas; paralelas cruzadas por casualidad, que equidistantes encuentran un sentido, una dirección. El vector inventado, la hipotenusa de los sueños, la bisectriz de la inocendia de ver lo que los días grises no dejan ver. Porque aunque las nubes lo tapen, todo brilla como siempre pero no lo sabemos ver.

Firmemos la paz antes de que sembremos la guerra, pero no me mires con esa carita de pena donde agitas los ojos como si de alas se tratase, como si un semáforo que en cuestión de segundos fuera a cambiar para siempre.