27 ago 2012

Nada

Desde el sofá la vida se ve mejor. Las ganas de volar, de levitar con los pies, se cambia con la facilidad de un mando de televisión.
Los bostezos comienzan a llegar y la música endulza su tímido despertar. Sombras chinas en la pared dibujan caricaturas de todo aquello que jamás seré. Los restos de un equipaje, el salle, la ropa interior del revés.

Enlaza tu tiempo con el mio, no dejes que el tiempo saque los abrigos, que yo cuando estoy contigo se me olvida el frío.
Lavarse los dientes suena emocionante, afeitarse es cosa de locos, ver los coches pasar como si les fuese la vida en ello es como si un niño jugase con un Playmobil.

El ventilador se lleva todos los malos aires, las litronas sin empezar, los cigarros apagados en las noches enlatadas frente al mar. Precipicios destronados, príncipes malditos, princesas enjauladas en una carcel de papel.

25 ago 2012

Esperemos la primavera

Serán las piedras que se clavan en la arena al reposar este cuerpo que el calor atonta. Los picotazos de perfume barato, las noches frente al ventilador durmiendo e imaginando algo.

Mis presos pensamientos, mis alas atrapadas en este cuerpo; son solo lamentos de todo aquello que nunca seré.
Me sobran los escombros en mi tiempo, me alían con la vida los resquicios del tuyo, las fantochadas, las panochadas que en forma de hoja que caen al suelo inundando mis pies.

Ya no ciega el mar; la brisa no te lleva por los caminos donde andabas descalzo: parece que mis sombras del pasado no me dejan ver tras el cristal. Que los autobuses rojos miran tristes al pasar, que la noche ha sido en vela, que la vida solo acaba de empezar.

Es la falta de optimismo, el conformismo de aconsejarme al oído, los sueños cumplidos, los globos de una fiesta a la que nunca fuimos. También sobran los motivos, nos enloquecen lo patriotismos, los falsos expresismos expuestos en cualquier resquicio de nuestra piel.

Saldré otra madrugada sin hacer ruido, sin despertarte del delirio. Esperaré aquí, como un niño en un columpio, en las rejas de su cama que le guardan de una caída asegurada y que desea que llegue la primavera y que aquí no pase nada.


12 ago 2012

Mar


Suenan los cascabeles, la serpiente recorre mi sien, parece que algo de esto saldrá bien.
A buen recaudo el orgullo, las miradas perdidas, los calendarios mojados de lágrimas, por suerte de hace ya varios años. Aprendes a cerrar los ojos, a mirar a otro lado, a darte cuenta que tu ombligo en ocasiones es más importante y que en la vida las penas vienen en raciones y las alegrías en chiquititas porciones.
Comprendes que los problemas son aquellos que verdaderamente son problemas, el resto, son mierdas que nos inventamos para hacer esto un poco más complicado. Y eso no quiere decir que no tengan su importancia, pero no son problemas de verdad.

Las olas no se llevan las palabras escritas en la arena y el viento no me deja oír las palabras de aliento que desde la otra orilla me gritas.
Las cuatro paredes me comen. Menos mal que me queda la inmensidad del mar y sueño con la posibilidad de naufragar en una isla, en un desierto paradisiaco.

Te sientes pequeño, mierda por costumbre, insignificante ambulante vendedor de la nada; sorpresa que el espejo muestro todo. Y si son las prisas, las ganas de perder de vista, de sentir que estás fuera de lugar y que en esta puta casa no pintas nada.
Puede que sea también la falta de alcohol en vena y que este borracho empedernido siga siendo pueril, ese díscolo sin diástole ni rima asonante que cada noche lanza una piedra a tu tejado.

Ando descalzo por donde paso, duermo en tristes colchones, añoro el olor de tu cuello mientras mis labios lo recorren esperando encontrar al final del camino tu boca.
Y me vienen a la cabeza algunos errores, pequeñas faltas, imprudencias del destino, saltos de precipicio viendo alejar la mano. Nos sorprendemos de nosotros mismos, nos cagamos en los pantalones viendo a Peter meterse en la cama con nosotros – con la que está cayendo-.
El mundo sigue ajeno, a nadie le importa nada, has de aferrarte a tu ínfima parte del mundo, cuidarla, cultivarla y así, solo así, poder lograr obtener los frutos de una cosechada felicidad. Quizás sea falsa, pero supongo que nosotros, las personas, aspiramos a eso.
Tanta inteligencia para esta puta mierda, para lograr qué…

Y mientras tanto tú cebando culos, priorizando toda la puta vida, pensando que eres algo que nunca has sido y que lo siento, pero hace años que es tarde.
Me suda un orificio nasal las cosas. No sé que es lo importante en esta mierda, pero me niego a darle más relevancia que estas líneas de desahogo.
La diferencia entre los dos es que yo no soy como tú. Qué tontería no… Pero es así de simple. Por suerte, todo y cuanto soy, es por mi; eso que hace sonreír a la gente y aquello que hace erizar los bigotes.

Lo que me puede consolar en estos momentos es alzar la cabeza y ver a lo lejos una inmensa cantidad de agua, algo alucinante e inalcanzable. Similitud con la vida; ese océano que aunque parece tan grande y poderoso te hace tropezar en la roca correcta y nadar en la dirección perfecta.