14 jul 2016

Disculpen

Disculpen mi torpeza, mi falta de atino, mis sombras sin luces, las raras mañanas de hastío.
Disculpen mi duda, mi frenesí, mis versos compartidos, mi guerra y tu paz.
Disculpen mis sueños, mis idas sin venidas, mis travesías por desierto, mi tú sin mi sed.
Disculpen la rutina, mis risas con sordina, mis rotos, mis descosidos, mis cimientos.

Disculpen mis vueltas, mis caídas, mis tristes pero truncados pliegues en el pecho.
Disculpen mi tristeza, mis "hace tiempo que veo", mis "quizás más tarde o luego".
Disculpen mis regodeos, mis comas, mis puntos final de los finales sin puntos suspensivos.
Disculpen mis despistes, mis dulces pero amargos, mi camino en círculos doblados.

Disculpen mis disculpas, mis tardanzas con ausencia, mis ganas de verte, otra vez.
Disculpen mi piel, mi bello que alerta de la tuya, mi caricia que funde la tapiceria.
Disculpen la vida, mis malas caras, mis tics, mis manías.
Disculpen que esta noche, ya venía yo torcida.

8 jul 2016

Guerra

Nos sentamos frente a frente, labio a labio, rompemos el silencio con miradas de esas que atormentan, que ensordecen a la par que enloquecen.
Le faltan pulsaciones a este corazón roto, hastiado; ni sombra de lo que pudo ser y no quiso. Que parece que no se quiera complicar el calendario, sembrar de excusas a este diario y engañarlo, decirle que otra noche más no soportaría que fueses otra piedra fría.
Y me voy inundando, e incluso en ocasiones ahogando, en ese mar con telarañas infinitas que me mira como pidiéndome algo que por el momento no sé de qué se trata.
Que ya no escribo cartas por miedo a que puedas leerlas y me despido sin mirar hacia atrás por poderte volver a encontrar. Y no somos nadie y la vida arrastra cada segundo de nuestra existencia, que nunca sabremos dónde mañana estaremos, pese a que por desgracia no podamos olvidar de dónde venimos.

Y me voy perdiendo. Solo quiero dejar la mente en blanco y que la eternidad me regale esa serenidad que ausenta en mis días. Llamémoslo por su nombre, dejémonos de aforismos, de falsos romances celestinos, de cuentos de niños que todavía están por contar.
Mientras tanto, tanto pasa. Intento no callar, sonreír y fingir; parece que no va mal.
Es esa vieja camiseta que me recuerda tanto, esos viejos retratos que ya no me cuentan tanto. Chisteras que están por quitar, ojos que es mejor cerrar. Virgen que hace click en los tercos retales del placer, amaneceres que por los poros derrochan restos de alcohol que por la noche otra vez me sobró.

Y si me preguntas diré que no. Que la paz se hace con los enemigos y no con los amigos. Que la guerra acaba de comenzar y de momento, solo de momento, en la trinchera es donde esta noche yo me quedo.