26 nov 2012

En caída libre


Se estropean los cables. Se abre una ventana cuando cierro una puerta. El sillón en el que estoy sentado está vacío: solo la luz y mi sombra acompañan en esta noche.

Sobran los precipicios, me faltan fuerzas para caminar. Me ahogo en mis pensamientos. Quién soy yo para pronunciar tu nombre escrito en aquella pared.

El rechazo a lo posible, las curvas trepidantes que en forma de calendario dejan marcada la equis en color rojo. Me quedan razones y necesito más complejos; mi tiempo me lo quedo yo.
Soy lo que no querrías, aquel juguete roto con el que te has cansado de jugar pero no tiras porque en tu estantería queda muy vintage.

¿Qué hago aquí? ¿A quién quiero engañar? No va más. El futuro cambia de acera.
Un salto al vacío y creeremos que esto está valiendo la pena. Un simple esfuerzo más y esto habrás sido la mayor pérdida de tiempo de tu vida. Tan solo un empujón y caeré solo hasta el infinito: en caída libre.

8 nov 2012

Me sobran los motivos y me faltan adjetivos

Deseos de cosas imposibles, complicando cada segundo que al apretar tu mano fuerte hacen que se vea de otra forma.
Somos fuertes, héroes indestructibles, vida en la mirada, sueño en tu cuello, anhelo, perfecto deseo.

Complices, compañeros, corazones abiertos, sentimientos ajenos como equipaje de mano, esa que recorre tu espalda subiendo esas montañas. Piernas que sobran, brazos que estorban; dejemos el chocolate para el final.

La verdad ha sido engañada y las penas son menos pena si estás en mi colgando como un niño pidiendo dormir un poco más. Y en la ventana se divisa una pequeña lluvia, un pequeño goteo por depresión, un fatuo beso de una pareja que moja sus pantalones comiéndose la boca en cualquier ascensor.

Y los problemas son inventados, los retrasos olvidados y los días marcados por el otro. Siempre es de noche en tus ojos, y cubiertos con ese toldo en forma de pestañas que al abrirse dejan ver deslumbrar la luz que proyectas.

Me complico la existencia, le damos mil vueltas; pero es que si no estás a mi lado me falta la vida. Me sobran los motivos y me faltan adjetivos.

A la puta calle

Había una vez un bonito y simpático caracol que había llevado su casa a cuestas durante toda su vida. Trabajaba duramente para poder mantenerla y pese a que costaba portarla encima día tras día, él sabía que valía la pena.

Pero un día, apareció la malvada Crisisque dejó sin trabajo a nuestro amigo el caracol y no pudo seguir pagando rigurosamente su choza, como había estado haciendo hasta ahora. 
Pero la mala del cuento no actuaba sola: le acompañan sus secuaces, los bancos y especuladores, seguidos por la atenta mirada de los bandidos políticos. Al pobre y desgraciado caracol, que en su triste vida mileurista solo soñaba con poder pagar su casa con el sudor de sus cuernos - esos que se deja en su trabajo de mierda- le dicen que se tiene que ir a la puta calle porque no puede pagar.

¿Le gustan los cuentos de este tipo? Pues para muchas personas es una historia real, algo que están viviendo en sus propias carnes. 
Los banqueros son los causantes de esta crisis. Dejan en paro a un 25% de la sociedad española; esas personas que no tienen trabajo, no tienen dinero para pagar su vivienda; y esa casa que con esmero han ido pagando mes a mes es arrebatada por los causantes de este círculo vicioso: LOS BANCOS.

Pero lo curioso no queda ahí. Además de dejar a toda la gente en la calle y fuera de su hogar, los afectados siguen debiendo ese dinero. ¿En qué mundo estamos? ¿En qué clase de universo onírico nos han hecho creer que estamos viviendo?

Y mientras, los políticos están pendientes de si les dan un iPad por su cara de sinvergüenza, o tendrán que pagarlo con algún billete de las bolsas de dinero robado que tiene en su casa. Difícil dilema, ¿eh?
Qué injusta es la vida cuando las cajas de ahorro te ponen el dinero para tus caprichitos políticos: que si un parque de atracciones, un aeropuerto para el abuelo... 

Nada que cualquier español se pueda pagar.

Sí, a la puta calle. Ahí es donde tendrían estar muchos políticos que hoy en día nos están representando y cobrando de nuestros impuestos; no la gente que no puede pagar su casa ni tiene trabajo porque los que mandan se han quedado mirando y cruzados de brazos mientras todo esto ocurría. 
Pero mira, se les sigue votando, en vez de botarles.
Ellos sí que están teniendo un final feliz.

7 nov 2012

Ni tan rojo ni tan facha

Ardían las redes sociales en el día de la segunda huelga general que nuestro presidente ha conseguido el solito después de ocho meses de que se anunciase aquel famoso "cambio", que tenía como slogan el PP. Después de ese momento llegaron los recortes en educación, sanidad y el paro y desempleo aumentó en cifras elevadas.

Uno podía leer en 140 caracteres - en algunos casos por suerte- una cantidad de sandeces, de des-fachateces y demás cosas rojas que daban ganas de aislarte durante un par de días y que todo pasase rápido.

Yo lanzo una pregunta tan sencilla como: ¿verdaderamente no hay razones para protestar, para mostrar a nuestros dirigentes que esto no funciona?

No es una cosa de ser un rojo o un facha. Se trata de tener dos dedos de frente, de ver la cantidad de recortes que caen siempre sobre los más desfavorecidos. Muchos dirán que estamos en un país donde prima la vaguería y la carencia de ganas por salir adelante. Y puede que sea así, sobre todo en la población más joven. Pero yo me pregunto cuál es el futuro de una persona de 50 años que lleva trabajando en la construcción durante toda su vida y ahora esta en la calle. Respuesta: ninguno.

Los jóvenes tenemos la oportunidad de demostrar que podemos llegar a ser algo en nuestra vida con trabajo y esfuerzo; somos la generación mejor preparada de la historia de nuestro país, sin embargo, serán nuestros vecinos europeos los que disfrutarán de las mejores mentes, pagadas con los impuestos sangrantes de todos los españoles.
No hay futuro. La partida en I+D es bajísima. Las investigaciones serían un buen impulso para estos momentos de crisis y nuestros líderes se la cargan. ¿De dónde sacarán las fuerzas las personas que actualmente están estudiando y formándose para levantarse cada mañana e ir a la universidad si cuando terminen estarán condenados a una falta de empleo no buscada?

Todos debemos tener razones para mostrar nuestro enfado - pacíficamente claro-. Vemos cómo nos han robado en la cara, cómo nos chulean en cada comparecencia y cómo al final te das cuenta que PP o PSOE son el mismo animal con distinta piel.
Necesitamos líderes, personas que nos digan que se puede hacer, que no se plaguen los noticiarios de datos escabrosos y negativos. Sí, sabemos que estamos en la mayor mierda. Bien, pues ahora salgamos todos de ahí.

Y tampoco se trata de que en un día de huelga nos obliguen a hacerla y cometamos actos vandálicos llevando por bandera el "antisistema". Se trata de mostrar que sin nosotros - sin ti y sin mi- esto no va cara el viento; que si no vamos todos en un mismo sentido, nos hundiremos y naufragaremos en mitad de esta crisis que un día los mercados en un acto de sinvergüencería y brillantez se empeñaron en conseguir.

Por tanto, dejemos a un lado las historias que tantos disgustos históricos nos ha creado; apartemos los rojismos y fachismos y seamos personas del partido de laCoherencia y el Trabajo.

4 nov 2012

Un metro que los tiene cuadrados

Son ya bastantes los días en los que el metro de Valencia se encuentra en en huelga con paros parciales y servicios mínimos que han llegado hasta las 24 horas.
Los usuarios empiezan a estar calentitos y no es para menos. Ven como después de pagar un servicio de alto standing, de ricos, tienen que soportar esperas de unos 20 minutos para llegar a su destino- y lo triste es que no estoy hablando de los horarios de huelga-.
No vamos a engañarnos: es caro y pobre en servicios.

Para los usuarios habituales es una tortura lidiar con sus estridentes horarios, enlatarse en las horas puntas, querer rebentar a puñetazos las maquinas para recargar el bono porque no funcionan - ahora solo se puede recargar en esos trastos que funcionan cuando quieren-, sufrir el aire acondicionado a tope cuando hacen 10ºC y soportar ese hilo musical que de vez en cuando ponen, dándote ganas de matar al pianista. Creo que actualmente quien utiliza este servicio es porque no tiene otra, ya que sinceramente, no veo ningún factor positivo que anime al ciudadano de a pie a utilizar este servicio.

Valencia es una de las pocas ciudades afortunadas que pueden contar con una red de metro en este país. Sin embargo, en ningún momento se fomenta su uso. No animan a la gente joven a gastarse el dinero en un bono mensual concienciando de que es un medio sostenible y una gran alternativa para desplazarse por la ciudad y sus alrededores.

En una empresa donde trabajan unos 1800 empleados, el Govern Valencià quiere tirar a la calle a 400. Todo parece indicar que esta es una medida que beneficiará mucho a los ciudadanos valencianos: los servicios mejorarán, conseguiremos un servicio público de calidad, tendremos por fin una empresa que sea rentable y lo más importante, 400 personas más al saco del paro.
Espero que hayan cogido la ironía.

En definitiva, que no se trata solo de una huelga de los trabajadores, es una huelga de todos los valencianos para conseguir de una vez por todas que se hable de nuestra efectividad y acierto y no de nuestras deficiencia.

De todos modos, muchos nos dirán que tenemos la F1. Puede ser un gran consuelo ir al trabajo o a la universidad en un bólido de estos. Sorpresa: también nos lo han quitado.