Cuando la vida te promete vivir, cuando una isla te aparta de la realidad, y te das cuenta de que quizás no es tan real como tú pensabas y que las personas podemos ser o no ser…
Solo necesitas unos días, unos tristes días, para levantarte de tu cama y amanecer con voces tan cálidas, encontradas por mera casualidad y suerte (llámalo karma), que no dejarán que tu voz se quede sola conforme los años pasan, la duda me corrompa, las arrugas deformen mi cara y me vaya quedando postrado en un sillón viendo pasar el tren de la vida...
Pero no, con eso bastaba. Abres la puerta, y casi por cualquier sitio, te vuelves a encontrar más gente, no por ello menos importante. Alguna conocida y otra que no habías visto en tu vida, pero que solo con unos días te das cuenta, de que todavía existe gente normal...
Fue un placer compartir momentos, risas, noches, y botellas...
Quizás el destino nos vuelva a reunir...
Puede ser, que a lo largo de tu vida, encuentres ángeles, personas que no deberías soltar de la mano por mucho que el destino te juegue un pulso y pise fuerte. Pero como ya algunos han podido comprobar, el destino es muy puto, y en cualquier momento te puede hacer perder, ya no solo el pulso, también al mismísimo ángel…
Ha habido momentos, en los que lo único que necesitaba era una cama, buena música, y la solitaria presencia de uno mismo. He tenido que pensar (sí, pienso), reflexionar (también lo hago), plantearme mi futuro, mi presente, mi pasado... Puede que no fuera el lugar, pero sí el momento...
Parece irónico que en un viaje con tu gente de toda la vida, o casi toda, haga esto. Solo pido entendáis que, aunque parece ilógico, es lo que tenía que hacer.
En los últimos meses, no lo he pasado demasiado bien; y eso la gente que me conoce un poquillo, lo sabe...
Necesitaba parar el mundo, mi mundo, para que mi vida pudiera volver fluir, para que mi vuelta a la realidad no fuera solo resacosa y lograse sacar algo positivo de estos días...
Me encantaría vivir las mismas vidas que un gato(quizás por eso…ejem…).
De esta forma, podría conocer más a gente que vale la pena y que puediera aportar algo no solo a ti, si no al mundo, que puede ser lo más difícil…
De momento, esta no es una opción viable. De esta forma, utilizaré mi intuición gatuna, para sacar el máximo partido a mi insignificante existencia…
En el camino de la vida te vas cruzando con diferentes paisajes. Algunos con más encanto que otros, con mejores vistas o peores, lúgubres, escombrosos, pedregosos, lugares donde siempre está lloviendo, donde siempre es de día, donde la luna nunca se marcha, donde por mucho que grites tu voz nunca se oirá, donde los besos saben a gloria, donde saben amargos, dulces, salados...
Pero por mucho que hayan diferentes paisajes, lo más importante de todo, es que para llegar a uno determinado, has de pasar por otros primero, y no siempre vas a poder ver el lado positivo, pero cada segundo que pasa, cada paisaje, es el que te lleva al siguiente...
Cambio de ciclo, algunos personajes nuevos entrarán a escena, otros, por exigencia del guión se marcharán (pero se recordarán), el atrezo también cambiará, habrá nuevo público para la nueva función, pero siempre estarán los que hacen posible que se pueda realizar esta obra: mi vida…
Posiblemente, yo no sea lo mejor que hayáis visto en vuestra vida, espero que tampoco lo peor, pero yo siempre he intentado que estar conmigo sea algo bueno y agradable. Quizás por mi carácter, por mi cabezonería, orgullo y todas esas cosas que no hago del todo bien, en ocasiones, no pueda ser así…
Cientos de instantes, canciones para cada momento, engorilamientos, litros y litros de alcohol, sentimientos crujientes, tirarse a una almohada, escuchar (o ver) voces, jugar como un tal Fábregas, dormir en una selva de mierda con cientos de toallas, el niño grande que se encogió y tropecientas cosas más que no se pueden contar…
Es posible que en esta entrada no te esperases que hablase de temas como los anteriores después de haber vivido una de las semanas más intensas, increíbles e irrepetibles de mi vida. Pero creo que por encima de fiesta, la diversión y el desfase, están las personas con las que lo he vivido y en compartido lo anterior.
De esta manera, quiero agradecer la simple presencia de muchos, la entrega de algunos, y el abrazo de unos pocos…
Como he dicho hace un rato: “hay cosas que se quedan en Mallorca, pero hay otras que no deberían quedarse allí…”.
Y como también dijo alguien una vez: "esto no es para contarlo, es para vivirlo".
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