11 sept 2011

Mojando zaguanes

Pasea lentamente conmigo. Cógeme de la mirada; la mano no está permitida.
Dejémonos pasar los minutos en forma de risas a escondidas.
Que los besos en la mejilla hacen que nuestras bocas se atraigan como si de un imán se tratase; aunque al mismo tiempo se alejan como polos opuestos que saben que no pueden acercarse.

Baila conmigo otra noche más. Hagamos como que los dos somos mayores, que aquí no pasa nada, que parezca que con tener tus ojos cerca se me olvide lo que me pueda pasar.
Que los años son sabios, y que siempre dan segundas oportunidades; o primeras...

Que mi baba sigue mojando zaguanes, que se me caen los pantalones cada vez que me dices que necesitas verme; que una cerveza a tiempo evita una borrachera. Pidamos otra y olvidemos lo que no somos.

¿Y qué pasa si de repente no puedo evitar cogerte la mano? ¿Qué pasa si mis labios rozan tus labios y nos vemos envueltos en un atajo hacia el futuro en forma de hojas de calendario?

Y mientras tanto, las olas se siguen llevando lo que fue y no es, lo que pudo ser y no fue, y trae lo que nos gustaría que fuera pero no puede ser.
Una suave brisa nos recuerda que ya es la hora. Tengo que soltarte de la mirada. Mis manos te abrazan. Mi boca roza tus mejillas. Media vuelta. Y espero tu próxima llamada.

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