27 may 2017

Pero qué...

Pero qué guapa estás. Qué bien te sienta la distancia, los besos de otros, abrazos rotos que envilecen lo que queda después de la añorancia.
Pero qué lejos te siento. Qué viejos nos hacemos, duelen los recuerdos, las carcajadas que ahora agonizan; Sabina que ya nos lo advertía.
Pero qué bien te veo. Qué perfecto aquello de que el tiempo lo cura todo, lo cabal que es desnudarse ante el cuerpos de otros.
Pero qué sincera te encuentro. Qué segura de ti misma; cuánto nos perdimos, cuánto ganamos separándonos el uno del otro.
Pero qué mujer estás hecha. Qué niña eras, robando segundos al tiempo, apurando las arrugas de tu juventud cogidos de la mano.
Pero qué poco princesa. Qué clase, qué zapatillas, qué arte, qué personalidad con la boca pequeña.
Pero qué sencilla. Qué poca necesidad, qué falta de respeto a todos aquellos que te pretendieron, qué perfecto era estar contigo.
Pero qué corazón tan grande. Qué cicatrices que te arden, los latres que dejamos cuando nos marchamos, la huella que ha calado y todavía hoy te recuerda.
Pero qué tú, pero cuánto yo fui contigo, qué maravilloso nosotros juntos, qué duro el recuerdo, qué marchito lo que ha quedado, qué pena no dormir hoy a tu lado, qué dolor este letargo de los años, qué sabor ese de tus labios que por mucho que el tiempo pase sigo sin encontrarlo.
Pero qué... pero qué le vamos a hacer.



No hay comentarios: