Café

Una taza, en su interior, una infusión que algunos llaman café. Sólo, sin azúcar, corto a ser posible. Intensidad, la máxima.
Deja volar tu imaginación en cada sorbo, que esta delicia se mueva en tu paladar, inunde toda tu boca, se cuele en cada centímetro de tu boca dejando atrás todo su sabor.

Llevo desde los tres años tomando, y todos los días desayunando con él. Además, cuando comía fuera con mi familia, les quitaba el suyo y tenían que pedirse otro.
De hecho hace aproximadamente un par de meses, estaba fuera y justo se acabo el café en el desayuno, y la señora no quería hacer más...Me frustre mucho, me sentía defraudado y como si me faltara algo...Sí, era una simple taza de café.

Para mí, el café es algo más que lo que para otra persona pudiera ser. El café significa serenidad, pausa, desestresante natural; significa compañía y soledad, hogar y cualquier esquina donde tomar uno. Porque en realidad, el café es lo todo y sirve para todas las circunstancias.
He tenido grandes conversaciones y mejores compañías de la mano de un café. Reconciliaciones y principios de relaciones; siempre ante el juramento de "tomamos un café y lo hablamos".
Es una cultura, es bohemio, es ese trocito del día en que nada puede importar ya que estás bien acompañado de una buena taza de él.

Muchos me dicen, "tío, eres un poco adicto". Sí, lo soy. No tengo problemas al reconocerlo, lo necesito. Me encata, no puedo hacer nada al respecto, supongo que es un paso admitirlo...
A mí, me relaja, no me desvela. Es perfecto para mí. Es casi necesario para mis días.

Bendito invento; bendito oro negro.