Una melodía parece el único recurso para no escuchar lo que pasa. Escribo en cualquier parte palabras sin ningún tipo de sentido con el único objetivo de pasar el rato.
Nada acapara mi concentración.
Mis bolsillos están vacíos, mis pasos son lentos y desacompasados. Las personas parecen lejanas, como si tuviesen un muro, o yo mismo lo frabricase. Salto pero no llego, me quedo corto y lento voy cayendo poco a poco en el suelo donde yo había escupido.
Mis camisas están rotas, el frío se apodera de mi voz que se entrecorta y destruye como un castillo de naipes, casualmente al igual que las horas. Los pies también están fríos, y ya saben, no se puede pensar.
¿Dónde estás que no te veo?, ¿dónde quedó...?
No hay palabras que salgan, ni tontunas risas esbozadas, tan solo un poco Rock&Roll que destroza mis tímpanos y me impiden escuchar lo que no digo.
Rebajas en las sorpresas de enero, devuélvanme el dinero que entre mis sábanas me pierdo y creo que te encuentro... Todo vuelve a casa por Navidad; por qué tuvo que marchar...
Canciones que imaginan que salen de unos labios inundados en el recuerdo, que me persigue el deseo de mojarme en ellos.
Cóctel de crema de plátano y fresa, cógeme fuerte que en cualquier momento me caigo.
Hazme olvidarme del mundo, como sueles hacer a menudo.
Creer y no poder, primo hermano del ser o no ser.
Mientras tanto, el tiempo sigue pasando como una apisonadora, y me encuentro mejor que hace un año,claro, pero sin ver un hueco en este este lugar...
Qué fácil sería formatear; borrarlo todo y volver a empezar. Pero claro, ya lo dijo el gladiador "lo que hacemos en la vida tiene su eco en la eternidad".
Si soy todo lo que me pasa, ¿quién soy yo ahora?
