La Navidad aprieta, los zapatos de tacón despiertan a los fantasmas.
Todo mentira,todo verdad.
Feliz santo,susurraba en el oído mientras los fuegos articifiales se oían fuera; y dentro.
Caminar sobre el mar parece fácil si lo haces con los ojos cerrados y el corazón blandito.
Coraza forjada,cara de póker y aquí no pasa nada. Piensas, luego insisto. Pisadas de pies fríos sobre la lava ardiente. Las horas atrapan mi mente,impidiendo que haga lo que no tiene que hacer: pensar.
Maza en mano destruyo los muros,atento a cualquier internada.
Estírame del pelo y no me dejes ir;no me dejes ir donde no puedo ver, donde las tripas se retuercen y el corazón se estremece. Para variar, no haré caso. Pero no es por tí,es por mí.
Pero una pequeña luz ilumina ahora mis ojos. Y sabes, viendo los tuyos desprender esa felicidad, me hace sentir la mejor persona. Dificultades obvias;control,poco. Podrá más la razón...no sé si quiero. Solo sé que estoy a gusto;es peligroso, lo sé,y qué... Juégatela un poco valiente.
Gracias,has sido aire en este desierto.
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